domingo, 15 de enero de 2012

LAS ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS

                                         Por Helí Herrera Hernández

                                               plazacaracol@hotmail.com

                                               Twitter:HELIHERRERA.es



            La semana pasada se inicio en el estado de Iowa el larguísimo proceso electoral de los Estados Unidos de Norteamérica para elegir a su próximo Presidente y vicepresidente, en donde Barack Obama podría reelegirse por única vez.



         Correspondió al Partido Republicano arrancar en ese Estado su proceso interno para elegir la fórmula que enfrentarán al actual mandatario, que concluirá en el mes de agosto, en Florida, con la Convención Nacional, en una compleja y desgastante carrera que pelean varios aspirantes como el congresista Ron Paul; el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney; el exgobernador de Arkansas Mike Huckabee: el exgobernador de Louisiana Bobby Jindal, y Rick Santorum, y del que hasta el momento no se puede apostar por ninguno de ellos como claro favorito, independientemente que en Iowa hayan hecho el uno-dos Mitt Romney y Rick Santorum.



         Pero el martes 6 de noviembre de 2012 no solo se elegirá Presidente y vicepresidente de Los Estados Unidos. Ese mismo día se elegirán 33 Senadores, la totalidad de lo Cámara de Representantes, 11 gobernadores y varios legisladores de los Estados en un “”superpartes”” como es conocida esa fecha en aquel país. El debate que los distintos candidatos a los cargos de elección están dando ya, a través de los medios de comunicación y en distintos foros sindicales, sociales, deportivos, vecinales y comunidades hasta el momento esta versando sobre aborto, matrimonios del mismo sexo e interpretaciones bíblicas sobre como deberían ser los sistemas de salud y educación.



         Hasta en tanto no esté definido el adversario republicano del presidente Obama esas seguirán siendo las vertientes de las confrontaciones verbales entre los candidatos a diputados, senadores o Gobernadores, para dejar temas como la economía para la sucesión presidencial, donde los conservadores republicanos tienen pensado centrar la acusación contra el actual inquilino de la Casa Blanca, dado que el déficit fiscal se ha incrementado; los paquetes de estímulos para las jefes de familia sin empleo fueron insuficientes o mal diseñados; el mercado de la vivienda sigue deprimido; la confianza del consumidor sigue en baja; y lo peor es que el desempleo sigue por arriba del 8 por ciento, cifra, por cierto, que no le ha permitido a presidente alguno ganar una reelección.



         Si bien es cierto que estos factores son reales en la economía norteamericana, también lo es que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes ha obstruido cuanta iniciativa de Barack Obama ha llegado para combatir éstos. De manera obcecada y más para lastimar y perjudicar la administración del actual Presidente estadounidense los republicanos han votado una y otra vez contra las políticas públicas presidenciales sin importarles el efecto en sus representados, que no son otros que desempleo, perdida de poder adquisitivo, nulos programas de salud, educación elitista y racista, pérdida de viviendas del sector obrero al no contar con recursos para seguir pagándolas, leyes persecutorias para los millones de inmigrantes radicados en los Estados Unidos, y lo peor, una casi impagable deuda externa de esa nación, la mayor en el mundo indiscutiblemente, que se incrementa, para que tenga usted amable lector una idea, mil 400 millones de dólares diariamente.



         Si la deuda externa norteamericana de suyo es grave, la interna da para realizar unos ejercicios que clarifican el estado crítico en que se encuentra la otrora nación más poderosa del mundo. Hoy día supera los 10 BILLONES de dólares, es decir, que cada mujer, hombre, Anciano o niño norteamericano debe 30 mil dólares (Per cápita), y sumadas una con otra, las deudas para 2020 representarán casi 350% del Producto Interno Bruto estadounidense, lo que se traduce en una verdadera catástrofe para cualquier gobierno que llegue a partir de 2012 en adelante, si no deciden recortar gastos de guerra, aumentarle impuestos a los que ganan mucho dinero, y dejar de fabricar dólares cada vez que se les antoje sin tener el respaldo de bonos de tesoro sólidos y bien cotizados en el mercado internacional.



         Obama ya dio el primer paso en ese aspecto al repatriar los soldados norteamericanos que estaban en Irak y con esa acción ha mandado a decir a todo el pueblo estadounidense que va a recortar gastos militares que son muchos y extraordinarios. Tendrá en plena campaña que hacer un pronunciamiento similar con la guerra que libran en Afganistán y, comprometerse con su pueblo a no declarar ninguna otra guerra porque cada vez que los aviones y buques de guerra gringos despegan o se mueven se gastan millones y millones de dólares que evitan creación de empleos en cualquier ciudad norteamericana, o subsidios para el campo gringo, o comprar infraestructura hospitalaria para mejorar los sistemas de salud en aquel país, o para invertir en escuelas y educación pública.



         No me cabe la menor duda que como sucedió en la campaña de 1992 cuando Bill Clinton se enfrento al presidente George Bush en la elección presidencial y todo mundo daba por hecho que Bush se reeligiría, porque gozaba de un extraordinario prestigio internacional (se le atribuía el haber vencido al comunismo, principal enemigo norteamericano), será el tema de la economía, quien mejor lo maneje e interprete frente a los estadounidenses, quien gane la presidencia de la república.



Clinton llevo a ese terreno a Bush y lo venció al demostrarles a sus compatriotas el mal manejo que hizo de esa asignatura el texano. Hoy, Obama puede arrinconar a los republicanos y sus candidatos al demostrar que son los que se han opuesto a políticas públicas económicas que ha enviado al Congreso para salvar de la crisis económica a esa nación.



Si no lo hace o no sabe hacerlo perderá la elección el martes 6 de noviembre.

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