lunes, 23 de agosto de 2010

Caciques petroleros acaparan tierras en el Sur.

Xalapa - 2010-08-23 14:30:38 - Karina de la Paz Reyes / AGENCIA IMAGEN DEL GOLFO.
El sur de Veracruz se ha erigido en el botín político de los cacicazgos petroleros, advierten organizaciones campesinas. La posesión de extensos terrenos es protagonizada por los líderes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), desde Joaquín Hernández Galicia “la Quina”, hasta Luis Ricardo Aldana Prieto y Carlos Romero Deschamps, "máximos caciques petroleros", quienes en menor medida aún siguen conservando su poder.
Recientemente en Catemaco un grupo de labriegos ganó una batalla jurídica, no sin antes pasar por amenazas, represiones e incluso encarcelamiento; sin embargo, "triunfó la unidad social", argumenta el abogado que lleva el caso, Guillemo Nonalaya Toralva.
En una comunidad denominada El Jobo, perteneciente a Catemaco, se vivió desde 1970 una lucha agraria entre los "caciques" y un grupo de campesinos que recuperaron el predio, que a la fecha está en vías de ser resuelto a favor de los nativos.
El que funge como abogado defensor del grupo campesino, Guillermo Nonalaya Toralva, narró a IMAGEN DEL GOLFO que desde aproximadamente 1950 al 1970 las tierras de El Jobo figuraron como propiedad de las familias de Catemaco Benites y Moreno, representados por Vicente Benites y Daniel Moreno Benites.
Entre 1970 y 80, Héctor García Hernández alias “El Trampas”, Secretario de Educación y Previsión Social del Sindicato Petrolero Nacional, "testaferro", y presunto operador financiero de Joaquín Hernández Galicia “la Quina”, adquirió mediante compra El Jobo y otros predios a las familias Benites y Moreno, como Boca del Monte, Buenavista y más.
El 5 de diciembre de 1985, García Hernández, vende esta propiedad a José Sosa Martínez, Secretario General de Sindicato Nacional Petrolero, "también testaferro, incondicional y títere" de "La Quina".
Para 1990 Sosa Martínez vende dicho terreno a Amadeo Blanco Chagoya, miembro del Comité Ejecutivo del Sindicato Petrolero Nacional, "operador y títere" de Luis Ricardo Aldana Prieto y Carlos Romero Deschamps, ambos máximos caciques petroleros.
Pero mientras los "caciques" pasaban de mano en mano el predio, gradualmente la población va creciendo, pero siguen como peones de la hacienda, hasta que en noviembre de 1995 emprendieron la acción de ser propietarios de la tierra.
"Ellos se declaran propietarios por derecho, ellos dicen 'esta tierra la hemos venido trabajando por años y tenemos derecho a que sea nuestra', se trató de 25 familias, más de 100 personas", detalló Guillermo Nonalaya Toralva.
"El sindicado petrolero a la cabeza de Amadeo Blanco Chagoya ejerció presiones, amenazas, pagó a los jueces, hubo encarcelamiento de los dirigentes, persecución del abogado jurídico".
-Es decir usted
-Sí, estuve 15 días en la cárcel por defender la causa; a mí me acusaron de que estaba agitando a los campesinos.
La primera gestión para que se regularizara la tierra se presentó al gobernador Patricio Chirinos, posteriormente se buscó a Miguel Alemán, sin que se lograra nada.
Los caciques en una maniobra para tratar de frenar la lucha de los campesinos de El Jobo, hacen la venta de las tierras a una empresa "Constructora Inmobiliaria Cuicuilco" el 19 de Abril del 2005.
Posteriormente esta misma inmobiliaria cambia su razón social en Productora Agropecuaria Capadocia, desde luego empresas de los mismos personajes Ricardo Aldana Prieto y Carlos Romero Deschamps, esta vez a través de su "testaferro" Amadeo Blanco Chagoya.
"Lo expuesto evidencia plenamente que El Jobo y otras tierras cercanas que viene usufructuando los referidos caciques, fueron adquiridos desde la época de la Quina, con dinero mal habido de los trabajadores petroleros mexicanos", remarcó el entrevistado.
Fue hasta el actual gobierno de Fidel Herrera Beltrán cuando se logró la expropiación del predio (el 17 de febrero de 2010 se publicó en la Gaceta Oficial), quedando pendiente la repartición de las tierras a los campesinos.
Mientras se desarrolló la lucha contra los líderes sindicales petroleros, la población logró tener un jardín de niños y una primaria denominada "Emiliano Zapata", una tienda comunitaria, de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), un molino y una granja comunitaria; además del cultivo maíz, frijol, cacahuate, chile entre otros frutos.
"El mensaje del caso del Jobo es que no hay otra solución más para los pueblos que unirse, si no se unen no hay nada; el ejemplo de Jobo es que un grupo de campesinos pequeños, débiles, en fin, tuvieron la valentía y la fortaleza de unirse y rescatar lo que siempre ha sido suyo y vencer a un gigante como son los caciques líderes petroleros, a la cabeza de Aldana, de Romero de Deschamps", remató Nonalaya Toralva. (22-Agosto-2010).

No hay comentarios: