domingo, 15 de agosto de 2010

Un pueblo se atrinchera en Durango contra narcotraficantes.

DURANGO, Dgo. 15 de agosto.- Tres comunidades serranas del estado se han quedado sin un centenar de sus habitantes, después de que comandos de La Línea -brazo armado del cártel de Juárez- amenazaron con ejecutarlos; sin embargo, los hombres de la zona de Las Barrancas del municipio de Pueblo Nuevo decidieron quedarse y defender su patrimonio.
Esa región, comprendida por los poblados La Lagunita, El Campamento y El Coscate, es parte de un territorio dominado por el narcotráfico, sin patrullaje de autoridad policial o militar alguna, en el que se ubican retenes conformados por hombres armados relacionados con el narcotráfico.
Respecto de esos tres lugares, escenarios de enfrantamientos con rifles de asalto y granadas, el alcalde de esa demarcación, Daniel Delgado, dice que dicha tierra se volvió "zona de machos".
El lunes pasado, los hombres de La Lagunita, El Campamento y El Coscate pidieron a sus mujeres que se llevaran a sus hijos de los pueblos, también protegieron a los adultos mayores y a un joven en silla de ruedas, debido a que los sicarios de La Línea les dijeron que perderían sus propiedades y los matarían.
De acuerdo con el edil, los "machos" decidieron enfrentar al grupo armado, pero sin afectar a inocentes ni menores de edad. No se resignan a perder sus casas, su forma de vida e irse del lugar en el que han vivido desde que nacieron, la serranía de esas localidades ubicadas en un área que hace más de dos años se volvió tierra sin ley, señaló.
De tal manera, que la tras la amenaza del narco, los habitantes salieron a pie para refugiarse en otras regiones del estado de Durango e, incluso, buscaron protección en Sinaloa.
Por citar un ejemplo, dichas comunidades de Pueblo Nuevo se hallan a siete horas de camino de la cabecera municipal, El Salto.
Se refugian en Sinaloa
Sobre el éxodo de las mujeres y los niños de los tres poblados, se dio a conocer que en el Chumonques -a cuatro horas de camino de la zona de Las Barrancas- desconocidos les facilitaron un vehículo para moverse más rápido, sin embargo éste se descompuso sólo unos kilómetros adelante.
Siguieron a pie por brechas, hasta que a la altura de Corralitos, a ubicado a dos horas y media de la cabecera municipal, fueron auxiliados por los soldados de la Décima Zona Militar, quienes les consiguieron un camión y los escoltaron.
Para el miércoles pasado, algunas de estas mujeres con sus hijos consiguieron alojamiento con familiares. Otros aceptaron la ayuda del gobierno municipal, unos más, viajaron a la capital del estado, pero el resto se fue para Sinaloa.
Ahora, sólo un grupo de hombres armados, habitantes de esos pueblos, aguardan para defender sus tierras.

Matan y amenazan desde hace 2 años
DURANGO,Dgo.— En diciembre de 2008,  en el Día de la Guadalupana, en la comunidad de Santa Gertrudis, municipio serrano de San Dimas —colindante con Pueblo Nuevo—, seis jóvenes fueron fusilados  por un comando.
Los sicarios de estos seis hombres lanzaron una amenaza contra los pobladores de Santa Gertrudis y de Los Laureles: “Tienen tres días para irse”; de lo contrario, regresarían a matarlos.
En ambas localidades vivían en total 20 familias, las cuales en las 48 horas siguientes a las ejecuciones, iniciaron el éxodo, cargando las cosas que pudieron en las cajas de las camionetas, que enfilaron con rumbo a Durango capital, y otras personas más pararon en San Miguel.
Los dos pueblos  están vacíos, en el interior de algunas viviendas hay aún algunos objetos personales.
Familias separadas
La advertencia, de quienes armados con fusiles de asalto lanzaron al destierro a los habitantes de esas localidades, provocó que muchas familias se rompieran, como es el caso de la de Ruperto, un joven de 28 años, asesinado junto con los otros cinco, quien era originario de Los Laureles.
A raíz de múltiple homicidio, los cuatro hijos de Ruperto ya no viven con su esposa, porque los padres de éste decidieron que era mejor  llevarse a los nietos, desde el pequeñito que estaba en el vientre materno, cuando asesinaron a su padre, hasta los otros tres, uno de los cuales vio la ejecución, tirado en la caja de una camioneta.
Para la madre de viuda, la separación de sus nietos, aunque dolorosa, se volvió indispensable por seguridad.    
Fuente informativa: Excelsior.com.mx    //    Fecha de publicacion: Domingo 15-Agosto-2010.    //       Autora: Perla Cardoso.     

No hay comentarios: