
Realmente no parece algo probable e imaginable, ya que esta langosta vive en el fondo del mar. Pero la M. andamanica se aprovecha de que la madera que cae al mar, luego de un tiempo se hunde y va a parar al fondo del mar.
Según han descubierto los biólogos recientemente, esta madera que va cayendo al suelo marino es muy importante para ese ecosistema, ya que aporta nutrientes importantes.
Los biólogos belgas que hicieron este descubrimiento, vieron que estas langostas no sólo tenían madera en sus estómagos, sino bacterias y hongos que al parecer son residentes, y ayudan a digerir la madera.
Luego descubrieron que en otras zonas donde no hay madera, la M. andamanica también comía alimentos difíciles de digerir como algas, coral y otras plantas.
Fuente: Livescience
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