Estimados empresarios y empresarias
En el prólogo en dos tiempos del libro “El pensamiento creativo integral”, el Dr. David de Prado Diez, considera a su autor Mauro Rodriguez Estrada, el mayor exponente del estudio y difusión de la creatividad en México e Iberoamérica. “Él ha abordado la creatividad en todas sus manifestaciones y ámbitos: Del lingüístico-literario al artístico, del político-social al organizacional empresarial, de los servicios al ocio, de la niñez a la tercera edad, de la escuela infantil a la universidad”.
A su vez, en el libro encontramos una enorme riqueza que desborda el pensamiento creativo como motor de toda cultura y de todo progreso. Las sociedades tradicionales –dice Rodriguez Estrada- se asemejaban a pirámides en las que el vértice estaba formado por tres instituciones poderosas: La nobleza, el clero y el ejército.
Sin embargo, manifiesta que en el paso del segundo al tercer milenio, se ha asentado un cuarto poder, que resulta colosal: LA EMPRESA. Y establece que resultó complicado -en el pasado- imaginar la amplitud de las actuales transnacionales. Nos invita a pensar en General Motors, en Mercedes Benz, en Coca Cola, En Kodak, Sony, entre otras.
Así la empresa moderna, que data de la era de la industrialización, ha ofrecido muestras de gran creatividad contribuyendo en la transformación del mundo en muchos aspectos: la comunicación, la economía, la política, la educación, la tecnología, las relaciones familiares.
El campo privilegiado del pensamiento creativo es y seguirá siendo la esfera empresarial y no puede dormirse en sus laureles, está llamada a ser cada vez más creativa. La creatividad empresarial desborda el tema en este libro y el autor nos plantea que a diferencia de lo que sucede en las aulas escolares, en la empresa no bastan las ideas brillantes hay que “ponerle pies a las ideas”. Es decir, hay que aterrizar en la realización y en la innovación.
La creatividad empresarial se supone más dinámica y más audaz no sólo porque, a diferencia de la creatividad académica o literaria, requiere realización, sino también porque la creatividad empresarial se suele dar dentro de estructuras bastante complejas que, según el caso, pesan, inhiben, frenan, presionan y oprimen, dice Rodriguez Estrada. “Hacen falta muchos elementos afectivos y volitivos para dar el salto de la libre invención del pensador/soñador al terreno del empresario y a la lucha contra las prisiones y trabas del sistema administrativo”.
Por supuesto que un aspecto importante de la creatividad empresarial es el lenguaje. Es necesario dar originalidad, energía y eficacia al lenguaje empresarial. A partir del lenguaje de un individuo se revela el pensamiento, y a través del pensamiento su personalidad. El pensamiento es el principal reflejo de la personalidad: dime como piensas y te diré quien eres.
La creatividad no es un rasgo aislado ni un añadido; es un modo de ser que permea toda personalidad. Ni siquiera es la creatividad una habilidad perfectamente ubicada en alguna parte del perfil psicológico de la persona sino una actitud ante la vida; una proyección de los dinamismos más profundos que rigen a la persona. Y es que detrás del pensamiento están las sensaciones, la percepción, el método, la intuición, los valores, las metas, los propósitos, la voluntad, las decisiones, la vocación. La creatividad viene a ser la síntesis de la autorrealización de una persona.
Sin embargo, no podría proponerse simple y llanamente la ecuación: “Pensamiento creativo igual a persona creativa”. Es decir encontramos personas de ideas brillantes pero no completan el proceso hasta cabal realización de dichas ideas. Tales personas pueden ser consideradas ingeniosas, pero no creativas.
Alejandro Hernández López - alejandro.hernandez@proempleoxalapa.org
Coordinador de Comunicación
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