En Veracruz, la política se refeudaliza, según reveló una investigación científica elaborada por la maestra María del Carmen Chiu Pablo, de la Facultad de Trabajo Social del campus Minatitlán de la UV.
Como parte de la investigación que desarrolla junto con otros académicos y que fue presentada en el marco del Diagnóstico sobre la calidad de la democracia en Veracruz, realizado en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales.
Dijo a NOTIVER, que la refeudalización de la política también se debe a la persistencia o reinstalación de cacicazgos que en otras coyunturas ya hubieran desaparecido.
Al formar parte de la red de investigación conformada por académicos de todos los campus universitarios, Efraín Quiñones León consideró que la Ley de Desarrollo Rural Sustentable no es desdeñable; no obstante, no impulsa un verdadero desarrollo equitativo entre los municipios, específicamente en lo referente al Ramo 033.
De los recursos que se reciben por este concepto no logran un verdadero desarrollo rural. A esto se le suma que los alcaldes, sin importar su filiación partidista, no han vencido la tentativa de clientelizar todo tipo de política.
A los habitantes se les convoca como ciudadanos pero al final de cuentas se les trata como clientes, lo cual no es una sorpresa, aclaró el investigador.
Dijo que se habla como beneficiario pero en realidad son como permisionarios; es decir, piden al estado proveedor lo que sea su voluntad.
Exponer algunos resultados de su investigación sobre el empoderamiento femenino en el programa federal Oportunidades.
En estudio reveló, de la también egresada del Doctorado en Historia Regional de la Universidad Veracruzana, es desarrollarlo, al universo de estudio a mujeres de los municipios Zaragoza, Cosoleacaque y San Pedro Soteapan.
El conjunto de investigadores consideró que las mujeres que participan en este programa federal han tenido un avance respecto del machismo imperante.
Debido a los talleres y cursos que se les imparten, han recibido información esencial para el cuidado de su salud.
Las mujeres que participan en Oportunidades se ven como personas afortunadas o especiales porque fueron elegidas para contar con el apoyo económico, que en algunos casos es causa de que sus maridos no abandonen el hogar.
Al dar a conocer los datos estadísticos, la académica informó que de la población de estudio el 44 por ciento tenía entre 25 y 44 años, 74 por ciento era casada, 62 por ciento contaba sólo con la primaria y 23 por ciento no contaba con estudios. Y la cantidad de hijos iba de dos a cinco.
Destacó que la convivencia de las mujeres durante seis años no ha sido suficiente para desarrollar trabajo en equipo y generar mayores ganancias.
A partir de estas observaciones, indicó, han surgido líneas de investigación enfocadas a diversos temas como la construcción del capital social, confianza en las instituciones, roles masculinos y femeninos, entre otros.
Los programas sociales han sido un fracaso porque son administrados políticamente, es urgente crear nuevas estrategias para garantizar un mayor desarrollo económico, mediante ofertas de trabajo y programas asistenciales.
Por ejemplo, el presidente de la Comisión Especial de Microrregiones, David Hernández Pérez (PRI), manifestó que para evitar que ingresen más jóvenes a las filas de la delincuencia, es necesario modificar por completo el esquema de asistencia social, a fin de combatir la pobreza y garantizar trabajo a los mexicanos.
Los programas de asistencia social no han sido aplicados de manera correcta, porque siguen aumentando el número de pobres, entonces se debe buscar la forma en la que se garantice que los programas vayan disminuyendo para que la gente tenga un mayor número de empleo y mayor oportunidad en los lugares en los que habita.
La lucha frontal contra la pobreza debe ser interés de todos los actores políticos, de manera que se puedan tomar en cuenta los estudios académicos que se han realizado para renovar la planeación regional.
De acuerdo con un análisis del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género, titulado “Oportunidades de Retiro para las Mujeres en México”, sólo el 29 por ciento de las mujeres ocupadas están incorporadas al sector formal de la economía, es decir, cuentan con seguridad social, las demás o tienen contratos temporales (5.8 por ciento), o no tienen contrato (29.1 por ciento).
El documento señala que de las mujeres que ganan menos de un salario mínimo, sólo uno por ciento tiene derecho a las instituciones de salud y a prestaciones sociales, mientras que las que tienen ingresos superiores a 5 salarios mínimos, 18 por ciento obtiene prestaciones completas. Sin embargo, el grueso de las trabajadoras que cotizan a la seguridad social están entre uno y tres salarios mínimos (75 por ciento).
Subraya que la discriminación salarial que sufren las mujeres en casi todas las actividades y profesiones en que trabajan ha sido una constante a lo largo de los años. Combatir esta discriminación representa una tarea sumamente difícil, a pesar de lo que establece la Ley Federal del Trabajo y de las luchas de las organizaciones de mujeres.
Esto es así, porque la sociedad, y en particular los patrones, consideran que los ingresos de las mujeres son un complemento al salario familiar, no el sostén de la familia.
Las mujeres se concentran en las actividades y profesiones de más baja remuneración, 76 por ciento de la población ocupada femenina trabajaba como comerciantes, obreras, oficinistas y trabajadoras domésticas. 45 por ciento de las obreras y artesanas ganan entre menos de uno y dos salarios mínimos, respecto de los hombres.
Añade que la falta de prestaciones sociales forma parte de la política utilizada por los empresarios para reducir costos. Es frecuente que pequeños y medianos empresarios liquiden a su personal y vuelvan a establecer relaciones laborales bajo la figura de trabajo a domicilio.
También sucede que se contrata a mujeres en jornadas flexibles, cuya duración depende de las cargas de trabajo o de las necesidades de la empresa, y por lo tanto, no reciben las prestaciones mínimas de la ley laboral vigente, precisa.
El estudio resalta que las mujeres son las primeras en ser despedidas cuando hay recorte de personal. De ahí que la tasa de desempleo es más alta en las mujeres que en los hombres. Los despidos y la falta de oportunidades de obtener un empleo llevan forzosamente a interrupciones en la seguridad social, y por tanto se afectan las posibilidades de cumplir los requisitos que marca la Ley para tener derecho a una pensión.
Indica que la pobreza en la tercera edad es 70 por ciento superior que en el resto de la población. La mayoría de las mujeres adultas mayores (90 por ciento) dependen de la ayuda familiar para vivir.
Según cifras del INEGI, 18.4 por ciento de las mujeres mayores de 60 años han sido maltratadas, los principales agresores son los hijos (58.7 por ciento) y la hijas (53.1 por ciento). Están relacionadas con la humillación a que se ven sometidas. La falta de una pensión que le permita vivir con dignidad y carecer de atención médica son factores que acrecientan el ambiente de rechazo. Fuente: Notiver.com.mx // Fecha de publicacion: 14-Junio-2010. // Autor: Antonio Marin.
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