lunes, 16 de agosto de 2010

La lucha entre cárteles desgarra a Tamaulipas.

CIUDAD DE MÉXICO, 16 de agosto.- El narcotráfico ha mostrado su  peor cara en Tamaulipas: ahí están cuatro de los cinco municipios más violentos del país, la policía ha perdido la credibilidad e incluso se han modificado los flujos migratorios.
Este año la virulencia se ha recrudecido por la disputa entre el cártel del Golfo y el de Los Zetas. Esta guerra ha provocado que Tamaulipas sea el tercer estado con mayor número de ejecuciones (819), según el Ejército y la PGR.
Pese a esto, la Policía no recibe ninguna denuncia al día por hechos vinculados con el crimen organizado. En cambio, el Ejército recibe hasta 200 diarias.
Además, de las dos mil personas que cada mes pasaban por el estado para llegar a EU, ahora se registran entre 300 y 500.
Si esta cifra bajó, hay otras elevadas. En lo que va de 2010, van 426 tiroteos, más de mil levantones y 73 narcobloqueos
El rompimiento entre el cártel del Golfo y su brazo armado los Zetas, así como sus constantes enfrentamientos, han dejado en Tamaulipas 819 ejecuciones, 426 combates, más de mil secuestros y levantones, 73 narcobloqueos y el éxodo de familias ante autoridades estatales y municipales que callan, porque de hablar ponen en riesgo la vida y la de sus familias.
Las cifras de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ubican al territorio tamaulipeco como el tercero más violento del país, superado por Sinaloa y Chihuahua.
Incluso, la violencia generada por la delincuencia organizada ha frenado el paso de indocumentados de dicha entidad hacia Estados Unidos.
De acuerdo con organismos no gubernamentales, de Derechos Humanos, así como de ayuda al migrante, el flujo mensual de mil 500 a dos mil personas, en 2009, se redujo a 300 o 500 al mes, debido a los constantes secuestros contra los ilegales.
Avisos desde EU
En febrero pasado, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) advirtió a México sobre la ruptura entre el cártel del Golfo y los Zetas y alertó a los órganos de inteligencia federales sobre una nueva recomposición de las organizaciones criminales relacionadas con el trasiego de drogas en nuestro país.
Publicado por este rotativo, la agencia estadunidense señaló también sobre la lucha entre las dos organizaciones criminales, quienes se disputarían palmo a palmo los territorios que habían ganado durante años cuando trabajan de forma conjunta; sin embargo, se precisó que la lucha primero tendría que librarse en Tamaulipas y Nuevo León, principales bastiones del entonces cártel Golfo-Zetas.
La agencia estadunidense detalló que "los vínculos" entre los llamados "históricos" del cártel del Golfo, encabezados por Ezequiel Cárdenas Guillen, Tony Tormenta, y Eduardo Costilla, El Coss, se habían "resquebrajado", por lo que existía un rompimiento con los líderes de los Zetas, Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca, y Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40.
Dudan de autoridades locales
En Tamaulipas, los habitantes han volcado su confianza en el Ejército, a donde canalizan la mayoría de las denuncias. La Octava Zona Militar recibe, en promedio, de 80 a 200 reportes al día sobre algún tiroteo o secuestro; por el contrario, las autoridades estatales y municipales han dejado de recibir avisos ciudadanos, porque la población percibe que la mayoría de las autoridades están del lado de alguna organización criminal.
Información de la Octava Zona Militar también señala que las organizaciones criminales cada vez utilizan mayor violencia y realizan acciones para evitar que el Ejército los encuentre y enfrente; por ello, los comandos de civiles han establecido narcobloqueos como una medida de "operación estratégica", donde usan a inocentes como escudos humanos para evitar que los militares puedan dispararles.
Este comportamiento de los grupos criminales para impedir a efectivos militares que los detengan comenzó el 30 de marzo pasado en Reynosa -una de las ciudades más peligrosas junto con Matamoros, Valle Hermoso y Nuevo Laredo-, donde comandos con rifles de alto poder despojaron a, por lo menos, 80 personas de sus automóviles y camiones de carga para bloquear las avenidas importantes.
En aquella ocasión se obtuvo el reporte de 20 bloqueos del crimen organizado en distintos puntos de la ciudad.
Las células de sicarios también han perpetrado actos directos contra instalaciones del Ejército y unidades habitacionales donde viven las familias de los castrenses, así como a comandancias de policías.
    Fuente informativa: Excelsior.com.mx    //    Fecha de publicacion: 16-Agosto-2010.    //    Autora: Aurora Vega.

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